sábado, 15 de junio de 2013

Una oportunidad de oro para empezar a cambiar las cosas o de seguir el mismo camino.

La nueva cumbre del G-8, bajo la presidencia de Reino Unido, puede ser como bien indica el nombre de este país; una oportunidad de unión, o por el contrario la continuidad de un viaje sin retorno a cuatro potencias mundiales de gran poderío y un cada vez mayor número de potenciales amenazas para la estabilidad mundial.

Que Estados Unidos, Rusia y China tienen mucho que decir en el mundo no cabe duda alguna. Pero Europa puede tener una oportunidad de oro de demostrar que las cosas se pueden hacer de manera diferente tal vez. 

La construcción del viejo continente a través del eje franco-alemán ha costado a estos dos países mucho esfuerzo y sacrificio. Sacrificio que no están dispuestos a seguir pagando para mantener las corruptelas políticas de los principales países europeos que se han beneficiado de dicho esfuerzo (Véase el caso de España, Grecia, Italia y quizás en menor medida Portugal).

Unir los esfuerzos de las poderosas potencias de Alemania, Francia, Inglaterra y el castigado Italia puede suponer aumentar, y mucho, el peso de Europa en la cumbre del G-8. 

Si Europa no sabe o no ha sabido administrar la gran ventaja que tiene en el G-8 es que nuestros gobernantes aún no piensan como europeos y mientras nuestros gobernantes no piensen como tal difícilmente podrán convencer a los ciudadanos europeos para que piensen como tal.


Gran despliegue policial en toda Irlanda ante la próxima cumbre del G8.

Más de 8,000 policías vigilarán la cumbre del Grupo de los ocho países más industrializados del mundo, el G-8, que se llevará al cabo en Fermanagh, Irlanda del Norte, informó ayer la policía norirlandesa. Se espera que en los días previos a la cumbre el 17 y 18 de junio, miles de manifestantes se acerquen al aislado complejo turístico de Lough Erne para lanzar protestas anticapitalistas, ambientalistas y en favor de erradicar la pobreza en el mundo.



En conferencia de prensa, el responsable de la seguridad del G-8, Alistair Finley, afirmó: “estamos preparados para cualquier problema, siempre habrá agitadores, pero esperamos que la mayoría de las manifestaciones sean pacíficas”. El jefe del Servicio de la Policía de Irlanda del Norte (PSNI por sus siglas en inglés), confirmó a la prensa extranjera que los manifestantes tendrán permiso de permanecer a 750 metros del lugar del conclave del G-8 que estará resguardado por vallas.

El dispositivo de seguridad se extenderá a Belfast, capital de Irlanda del Norte, donde se prevén protestas el 17 de junio, y la policía estará en alerta máxima ante eventuales actos terroristas. ”Nuestros métodos antiterroristas son efectivos, estamos preparados para eventualidades”, aseguró hoy el jefe de la policía norirlandesa.

A su vez, la secretaria de Estado para Irlanda del Norte, Theresa Villiers, afirmó que el personal militar que apoyará la labor de la policía se encargará exclusivamente de tareas “logísticas y técnicas” como ayudar en la elaboración de alimentos para los ocho mil policías.

El Reino Unido asumió la presidencia del G-8 durante un año a partir del 1 de enero de 2013, y la agenda incluye ampliar el comercio mundial, diseñar impuestos más justos, y alcanzar una mayor transparencia.

A la cumbre asisten el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de Rusia, Vladimir Putin, el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron y los jefes de Estado y de Gobierno de Francia, Canadá, Alemania, Italia y Japón.

Loug Erne es un complejo turístico de lujo con 120 habitaciones y suites, dos campos de golf, cinco helipuertos y un aeropuerto a cinco minutos del complejo turístico para recibir aviones privados.

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