Han pasado tres años del terremoto que golpeó
Haití, que afectó gravemente a la infancia de este país. Muchos
perdieron la vida, otros a sus familias, y en general todos los
habitantes haitianos tuvieron que superar las secuelas físicas y
psíquicas del desastre.
Fuente: Unicef
Aún hoy hay muchos niños
que corren el riesgo de ser olvidados, los más vulnerables: en campos
de desplazados, en los que aún quedan más de 350.000 personas,
en centros residenciales, en las calles o en zonas rurales de difícil
acceso. La vida diaria sigue siendo un gran reto para los que
sobrevivieron al seísmo.
A pesar de las cicatrices de la devastación causada por el terremoto, se aprecian datos alentadores:
• La desnutrición aguda grave entre los niños menores de cinco años se ha reducido a la mitad entre 2006 y 2012.
• El 77% de los niños de 6 a 11 años asistieron a la escuela primaria en 2012 (en 2005-2006 eran menos del 50% los que estaban escolarizados).
La respuesta a la emergencia de Haití ha sido uno de los operativos humanitarios más grandes de las últimas décadas, pero es importante destacar la participación activa de la población haitiana en su propia recuperación.
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